EMILIA. No, si ahora soy quien desea que presentes la dimision... ahora mismo, ahora mismo...; pero no vuelvas a hablarme de politica ni de carteras... Nos iremos a vivir a un pueblo, donde siquiera tenga[33.1]
tranquilidad..., lo unico que yo he deseado siempre..., una casita en un pueblo con sus gallinas y sus palomas..., eso, eso..., y nada de este infierno, de estas intrigas... Todo antes que verte asi..., todo antes de que quieras pagar conmigo porque los demas te disgustan...
MANUEL. Esto es peor que veinte discursos de oposicion... Me voy al Congreso..., al Senado..., todo es preferible... El gaban... El sombrero...
EMILIA. Pero no llevas la dimision?
MANUEL. No, no dimito... Sin el Ministerio no tendria pretexto para estar tanto tiempo fuera de casa..., y cualquiera te aguantaba[33.2] en un ano... Iras a la comida, luciras el vestido. No sera la primera vez que una falda haya decidido una crisis... Estas contenta?
EMILIA. Si, pero no te enfades... Cuando veas el vestido, lo comprenderas todo!...
MANUEL. Si, pero al dia siguiente si que no debes leer mas que la cronica de sociedad, porque lo que van a decir de mi los periodicos!
EMILIA. Los de oposicion. Si hubieras dimitido lo dirian los ministeriales... Siempre han de decir!
MANUEL. Y aun piden las mujeres que os concedan[34.1] el derecho a votar, como si no gobernarais el mundo!...
EMILIA. Yo no, no pido semejante cosa... Si se presenta la proposicion puedes votar en contra.
LOS INTERESES CREADOS
COMEDIA DE POLICHINELAS EN DOS ACTOS, TRES CUADROS Y UN PRoLOGO
Estrenada en el Teatro Lara el dia 9 de diciembre de 1907
A DON RAFAEL Ga.s.sET
SU AFECTiSIMO
JACINTO BENAVENTE
REPARTO
PERSONAJES ACTORES
DOnA SIRENA SRA. VALVERDE SILVIA SRTA. SUaREZ LA SEnORA DE POLICHINELA ALBA COLOMBINA PARDO LAURA TOSCANO RISELA SRA. BELTRaN LEANDRO SRTA. DOMUS CRISPiN SR. PUGA EL DOCTOR RUBIO POLICHINELA MORA ARLEQUiN BARRAYCOA EL CAPITaN R. DE LA MATA PANTALoN SIMo-RASO EL HOSTELERO PACHECO EL SECRETARIO ROMEA MOZO 1. DE LA HOSTERiA SUaREZ (A.) iDEM 2. ENRiQUEZ ALGUACILILLO 1. DE DIEGO iDEM 2. SUaREZ (A.)
La accion pasa en un pais imaginario, a principios del siglo XVII
LOS INTERESES CREADOS
ACTO PRIMERO
PRoLOGO
Telon corto en primer termino,[39.1] con puerta al foro, y en esta un tapiz. Recitado por el personaje CRISPiN.
He aqui el tinglado de la antigua farsa,[39.2] la que alivio en posadas aldeanas el cansancio de los trajinantes, la que embobo en las plazas de humildes lugares a los simples villanos, la que junto en ciudades populosas a los mas variados concursos, como en Paris sobre el Puente Nuevo,[39.3] cuando Tabarin[39.4] desde su tablado de feria solicitaba la atencion de todo transeunte, desde el espetado doctor que detiene un momento su docta cabalgadura para desarrugar por un instante la frente, siempre cargada de graves pensamientos, al escuchar algun donaire de la alegre farsa, hasta el picaro hampon, que alli divierte sus ocios horas y horas, enganando al hambre con la risa, y el prelado y la dama de calidad y el gran senor desde sus carrozas, como la moza alegre y el soldado y el mercader y el estudiante. Gente de toda condicion, que en ningun otro lugar se hubiera reunido, comunicabase alli su regocijo, que[39.5] muchas veces, mas que de la farsa, reia el grave de ver reir al risueno, y el sabio al bobo, y los pobretes de ver reir a los grandes senores, cenudos de ordinario, y los grandes de ver reir a los pobretes, tranquilizada su conciencia con pensar: tambien los pobres rien!
Que[40.1] nada prende tan p.r.o.nto de unas almas en otras como esta simpatia de la risa. Alguna vez, tambien subio la farsa a palacios de principes, altisimos senores, por humorada de sus duenos, y no fue alli menos libre y despreocupada. Fue de todos y para todos. Del pueblo recogio burlas y malicias y dichos sentenciosos, de esa filosofia del pueblo, que siempre sufre, dulcificada por aquella resignacion de los humildes de entonces, que no lo esperaban todo de este mundo, y por eso sabian reirse del mundo sin odio y sin amargura. Il.u.s.tro despues su plebeyo origen con n.o.ble ejecutoria: Lope de Rueda, Shakespeare, Moliere,[40.2] como enamorados principes de cuento de hadas, elevaron a Cenicienta al mas alto trono de la Poesia y del Arte. No presume de tan gloriosa estirpe esta farsa, que por curiosidad de su espiritu inquieto os presenta un poeta de ahora. Es una farsa _guinolesca_,[40.3] de asunto disparatado, sin realidad alguna. p.r.o.nto vereis como cuanto en ella sucede no pudo suceder nunca, que sus personajes no son ni semejan hombres y mujeres, sino munecos o fantoches de carton y trapo, con groseros hilos, visibles a poca luz y al mas corto de vista. Son las mismas grotescas mascaras de aquella comedia del Arte[40.4]
italiano[40.5], no tan regocijadas como solian, porque han meditado mucho en tanto tiempo. Bien conoce el autor que tan primitivo espectaculo no es el mas digno de un culto auditorio de estos tiempos; asi, de vuestra cultura tanto como de vuestra bondad se ampara. El autor solo pide que anineis cuanto sea posible vuestro espiritu. El mundo esta ya viejo y chochea; el Arte no se resigna a envejecer, y por parecer nino finge balbuceos... Y he aqui como estos viejos polichinelas pretenden hoy divertiros con sus ninerias.[40.6]
Mutacion
CUADRO PRIMERO
Plaza de una ciudad. A la derecha, en primer termino, fachada de una hosteria con puerta practicable y en ella un aldabon. Encima de la puerta un letrero que diga:[41.1] Hosteria.
ESCENA PRIMERA
LEANDRO y CRISPiN, que salen por la segunda izquierda.
LEANDRO. Gran ciudad ha de ser esta, Crispin; en todo se advierte su senoria y riqueza.
CRISPiN. Dos ciudades hay. Quiera el Cielo que en la mejor hayamos dado![41.2]
LEANDRO. Dos ciudades dices, Crispin? Ya entiendo, antigua y nueva, una de cada parte del rio.
CRISPiN. Que importa el rio ni la vejez ni la novedad? Digo dos ciudades como en toda ciudad del mundo: una para el que llega con dinero, y otra para el que llega como nosotros.
LEANDRO. Harto es haber llegado sin tropezar con la Justicia! Y bien quisiera detenerme aqui algun tiempo, que ya me cansa tanto correr tierras.
CRISPiN. A mi no, que es condicion de los naturales, como yo, del libre reino de Picardia[41.3] no hacer asiento en parte alguna, si no es forzado y en galeras, que es duro asiento.[41.4] Pero ya que sobre esta ciudad caimos y es plaza fuerte a lo que se descubre, tracemos como prudentes capitanes nuestro plan de batalla si hemos de conquistarla con provecho.
LEANDRO. Mal pertrechado ejercito venimos!
CRISPiN. Hombres somos, y con hombres hemos de vernos.
LEANDRO. Por todo caudal, nuestra persona. No quisiste que nos desprendieramos de estos vestidos, que,[42.1] malvendiendolos, hubieramos podido juntar algun dinero.
CRISPiN. Antes me desprendiera yo de la piel que de un buen vestido!
Que nada importa tanto como parecer, segun va el mundo, y el vestido es lo que antes parece.
LEANDRO. Que hemos de hacer, Crispin? Que el hambre y el cansancio me tienen abatido, y mal discurro.
CRISPiN. Aqui no hay sino valerse del ingenio y de la desverguenza, que sin ella nada vale el ingenio. Lo que he pensado es que tu has de hablar poco y desabrido,[42.2] para darte aires de persona de calidad; de vez en cuando te permito que descargues algun golpe sobre mis costillas; a cuantos te pregunten, responde misterioso; y cuando hables por tu cuenta, sea con gravedad; como si sentenciaras. Eres joven, de buena presencia; hasta ahora solo supiste malgastar tus cualidades; ya es hora de aprovecha.r.s.e de ellas. Ponte en mis manos, que nada conviene tanto a un hombre como llevar a su lado quien haga notar sus meritos, que en uno mismo la modestia es necedad y la propia alabanza locura, y con las dos se pierde para el mundo. Somos los hombres[42.3] como mercancia, que valemos mas o menos segun la habilidad, del mercader que nos presenta.