CRISPiN. Y ahora, comed, bebed... p.r.o.nto! Servid a estos senores...
(_Aparte al Capitan._) Entre nosotros..., estareis sin blanca?
CAPITaN. Que hemos de deciros?
CRISPiN. No digais mas! (_Al Hostelero._) Eh! Aqui! Entregareis a estos caballeros cuarenta o cincuenta escudos por encargo de mi senor y de parte suya... No dejeis de c.u.mplir sus ordenes!
HOSTELERO. Descuidad! Cuarenta o cincuenta, decis?
CRISPiN. Poned sesenta... Caballeros, salud!
CAPITaN. Viva el mas grande caballero!
ARLEQUiN. Viva!
CRISPiN. Decid viva! tambien vosotros, gente incivil!
HOSTELERO Y MOZOS. Viva!
CRISPiN. Viva el mas alto poeta y el mayor soldado!
TODOS. Viva!
LEANDRO. (_Aparte a Crispin._) Que locuras son estas, Crispin, y como saldremos de ellas?
CRISPiN. Como entramos. Ya lo ves; la poesia y las armas son nuestras...
Adelante! Sigamos la conquista del mundo! (_Todos se hacen saludos y reverencias, y Leandro y Crispin se van por la segunda izquierda. El Capitan y Arlequin se disponen a comer los asados que les han preparado el Hostelero y los Mozos que los sirven._)
Mutacion
CUADRO SEGUNDO
Jardin con fachada de un pabellon, con puerta practicable en primer termino izquierda. Es de noche.
ESCENA PRIMERA
DOnA SIRENA y COLOMBINA saliendo del pabellon.
SIRENA. No hay para[55.1] perder el juicio, Colombina? Que una dama se vea[55.2] en trance tan afrentoso por gente baja y descomedida! Como te atreviste a volver a mi presencia con tales razones?
COLOMBINA. Y no habiais de saberlo?
SIRENA. Morir me estaria mejor! Y todos te dijeron lo mismo?
COLOMBINA. Uno por uno y como lo oisteis... El sastre, que no os enviara el vestido mientras no le pagueis todo lo adeudado.
SIRENA. El insolente! El salteador de caminos! Cuando es el quien me debe todo su credito en esta ciudad, que hasta emplearlo yo[56.1] en el atavio de mi persona no supo lo que era vestir damas!
COLOMBINA. Y los cocineros y los musicos y los criados todos dijeron lo mismo; que no serviran esta noche en la fiesta si no les pagais por adelantado.
SIRENA. Los sayones! Los foragidos! Cuando se vio tanta insolencia en gente nacida para servirnos! Es que ya no se paga mas que con dinero?
Es que ya solo se estima el dinero en el mundo? Triste de[56.2] la que se ve como yo, sin el amparo de un marido, ni de parientes, ni de allegados masculinos!... Que una mujer sola nada vale en el mundo por n.o.ble y virtuosa que sea. Oh, tiempos de perdicion! Tiempos del Apocalipsis! El Anticristo debe ser llegado![56.3]
COLOMBINA. Nunca os vi tan apocada. Os desconozco. De mayores apuros supisteis salir adelante.
SIRENA. Eran otros tiempos, Colombina. Contaba yo entonces con mi juventud y con mi belleza como poderosos aliados. Principes y grandes senores rendianse a mis plantas.
COLOMBINA. En cambio, no seria[56.4] tanta vuestra experiencia y conocimiento del mundo como ahora. Y en cuanto a vuestra belleza, nunca estuvo tan en su punto, podeis creerlo.
SIRENA. Deja lisonjas! Cuando me veria yo de este modo si fuera la dona Sirena de mis veinte![56.5]
COLOMBINA. Anos quereis decir?
SIRENA. Pues que pensaste? Y que dire de ti, que aun no los c.u.mpliste y no sabes aprovecharlo! Nunca lo creyera[57.1] cuando al verme tan sola de criada te adopte por sobrina! Si en vez de malograr tu juventud enamorandote de ese Arlequin, ese poeta que nada puede ofrecerte sino versos y musicas, supieras emplearte mejor, no nos veriamos en tan triste caso.
COLOMBINA. Que quereis? Aun soy demasiado joven para resignarme a ser amada y no corresponder. Y si he de adiestrarme en hacer padecer por mi amor, necesito saber antes como se padece cuando se ama. Yo sabre desquitarme. Aun no c.u.mpli los veinte anos. No me creais con tan poco juicio que piense en casarme con Arlequin.
SIRENA. No me fio de ti, que eres muy caprichosa y siempre te dejaste llevar de la fantasia. Pero pensemos en lo que ahora importa. Que haremos en tan gran apuro? No tardaran en acudir mis convidados, todos personas de calidad y de importancia, y entre ellas el senor Polichinela con su esposa y su hija, que por muchas razones me importan mas que todos. Ya sabes como frecuentan esta casa algunos caballeros n.o.bilisimos, pero, como yo, harto deslucidos en su n.o.bleza por falta de dinero. Para cualquiera de ellos, la hija del senor Polichinela, con su riquisima dote y el gran caudal que ha de heredar a la muerte de su padre, puede ser un partido muy ventajoso. Muchos son los que la pretenden. En favor de todos ellos interpongo yo mi buena amistad con el senor Polichinela y su esposa. Cualquiera que sea el favorecido, yo se que ha de corresponder con largueza a mis buenos oficios, que de todos me hice firmar una obligacion para asegurarme. Ya no me quedan otros medios que estas mediaciones para reponer en algo mi patrimonio; si de camino algun rico comerciante o mercader se prendara de ti..., quien sabe?..., aun podia ser esta casa lo que fue en otro tiempo. Pero si esta noche la insolencia de esa gente trasciende, si no puedo ofrecer la fiesta... No quiero pensarlo!..., que sera mi ruina!
COLOMBINA. No paseis cuidado. Con que agasajarlos no ha de faltar. Y en cuanto a musicos y a criados, el senor Arlequin, que por algo es poeta y para algo esta enamorado de mi, sabra improvisarlo todo. el conoce a muchos truhanes de buen humor que han de presta.r.s.e a todo. Ya vereis, no faltara nada, y vuestros convidados diran que no asistieron en su vida a tan maravillosa fiesta.
SIRENA. Ay, Colombina! Si eso fuera, cuanto ganarias en mi afecto!
Corre en busca de tu poeta... No hay que perder tiempo.
COLOMBINA. Mi poeta? Del otro lado de estos jardines pasea, de seguro, aguardando una sena mia...
SIRENA. No sera bien que asista a vuestra entrevista, que yo no debo rebajarme en solicitar tales favores... A tu cargo lo dejo. Que nada falte para la fiesta, y yo sabre recompensar a todos; que esta estrechez angustiosa de ahora no puede durar siempre... o no seria yo dona Sirena!
COLOMBINA. Todo se compondra. Id descuidada. (_Vase dona Sirena por el pabellon._)
ESCENA II
COLOMBINA, despues CRISPiN, que sale por la segunda derecha.
COLOMBINA. (_Dirigiendose a la segunda derecha y llamando._) Arlequin!
Arlequin! (_Al ver salir a Crispin._) No es el!
CRISPiN. No temais, hermosa Colombina, amada del mas soberano ingenio, que por ser raro poeta en todo, no quiso extremar en sus versos las ponderaciones de vuestra belleza. Si de lo vivo a lo pintado fue siempre diferencia, es toda en esta ocasion ventaja de lo vivo, con ser tal[59.1] la pintura!
COLOMBINA. Y vos, sois tambien poeta, o solo cortesano y lisonjero?
CRISPiN. Soy el mejor amigo de vuestro enamorado Arlequin, aunque solo de hoy le conozco, pero tales pruebas tuvo de mi amistad en tan corto tiempo. Mi mayor deseo fue el de saludaros, y el senor Arlequin no anduviera[59.2] tan discreto en complacerme a no fiar tanto[59.3] de mi amistad, que sin ella, fuera ponerme a riesgo de amaros solo con haberme puesto en ocasion de veros.