CAPITaN. La dulce musica de vuestros versos me distrajo de mis pensamientos! Amable privilegio de los poetas!
ARLEQUiN. Que no les impide carecer de todo! Con temor llego a la hosteria. Consentiran hoy en fiarnos? Valgame vuestra espada!
CAPITaN. Mi espada? Mi espada de soldado como vuestro plectro de poeta, nada valen en esta ciudad de mercaderes y de negociantes... Triste condicion es la nuestra!
ARLEQUiN. Bien decis. No la sublime poesia, que solo canta de n.o.bles y elevados asuntos; ya ni sirve poner el ingenio a las plantas de los poderosos para elogiarlos o satirizarlos; alabanzas o diatribas no tienen valor para ellos; ni agradecen las unas ni temen las otras. El propio Aretino[47.1] hubiera muerto de hambre en estos tiempos.
CAPITaN. Y nosotros, decidme? Porque fuimos vencidos en las ultimas guerras, mas que por el enemigo poderoso, por esos indignos traficantes que nos gobiernan y nos enviaron a defender sus intereses sin fuerzas y sin entusiasmo, porque nadie combate con fe por lo que no estima; ellos, que no dieron uno de los suyos para soldado ni soltaron moneda sino a buen interes y a mejor cuenta, y apenas temieron verla perdida amenazaron con hacer causa con el enemigo, ahora nos culpan a nosotros y nos maltratan y nos menosprecian y quisieran ahorra.r.s.e la misera soldada con que creen pagarnos, y de muy buena gana nos despedirian si no temieran que un dia todos los oprimidos por sus maldades y tiranias se levantaran contra ellos. Pobres de ellos[48.1] si ese dia nos acordamos de que parte estan la razon y la justicia!
ARLEQUiN. Si asi fuera..., ese dia me tendreis a vuestro lado.
CAPITaN. Con los poetas no hay que contar para nada, que es vuestro espiritu como el opalo, que a cada luz hace diversos visos. Hoy os apasionais por lo que nace y manana por lo que muere; pero mas inclinados sois a enamoraros de todo lo ruinoso por melancolico.[48.2] Y como sois por lo regular poco madrugadores, mas veces visteis morir el sol que amanecer el dia, y mas sabeis de sus ocasos que de sus auroras.
ARLEQUiN. No lo direis por mi, que he visto amanecer muchas veces cuando no tenia donde acostarme. Y como queriais que cantara al dia, alegre como alondra, si amanecia tan triste para mi? Os decidis a probar fortuna?
CAPITaN. Que remedio! Sentemonos, y sea lo que disponga nuestro buen hostelero.
ARLEQUiN. Hola! Eh! Quien sirve? (_Llamando en la hosteria._)
ESCENA IV
DICHOS; el HOSTELERO. Despues los MOZOS, LEANDRO y CRISPiN, que salen a su tiempo de la hosteria.
HOSTELERO. Ah, caballeros! Sois vosotros?[48.3] Mucho lo siento, pero hoy no puedo servir a nadie en mi hosteria.
CAPITaN. Y por que causa, si puede saberse?
HOSTELERO. Lindo desahogo es el vuestro en preguntarlo! Pensais que a mi me fia nadie lo que en mi casa se gasta?
CAPITaN. Ah! Es ese el motivo? Y no somos personas de credito a quien puede fia.r.s.e?
HOSTELERO. Para mi, no. Y como nunca pense cobrar, para favor ya fue bastante; conque asi, hagan merced[49.1] de no volver por mi casa.
ARLEQUiN. Creeis que todo es dinero en este bajo mundo? Contais por nada las ponderaciones que de vuestra casa hicimos en todas partes?
Hasta un soneto os tengo dedicado,[49.2] y en el celebro vuestras perdices estofadas y vuestros pasteles de liebre!... Y en cuanto al senor Capitan, tened por seguro que el solo sostendra contra un ejercito el buen nombre de vuestra casa. Nada vale esto? Todo ha de ser moneda contante en el mundo!
HOSTELERO. No estoy para burlas! No he menester[49.3] de vuestros sonetos ni de la espada del senor Capitan, que mejor pudiera emplearla.
CAPITaN. Voto a..., que si la empleare escarmentando a un picaro!
(_Amenazandole y pegandole con la espada._)
HOSTELERO. (_Gritando._) Que es esto? Contra mi? Favor! Justicia!
ARLEQUiN. (_Conteniendo al Capitan._) No os perdais por tan ruin sujeto!
CAPITaN. He de matarle. (_Pegandole._)
HOSTELERO. Favor! Justicia!
MOZOS. (_Saliendo de la hosteria._) Que matan a nuestro amo!
HOSTELERO. Socorredme!
CAPITaN. No dejare uno!
HOSTELERO. No vendra nadie?
LEANDRO. (_Saliendo con Crispin._) Que alboroto es este?
CRISPiN. En lugar donde mi senor se hospeda? No hay sosiego posible en vuestra casa? Yo traere a la Justicia, que pondra orden en ello.
HOSTELERO. Esto ha de ser mi ruina! Con tan gran senor en mi casa!
ARLEQUiN. Quien es el?
HOSTELERO. No oseis preguntarlo!
CAPITaN. Perdonad, senor, si turbamos vuestro reposo; pero este ruin hostelero...
HOSTELERO. No fue mia la culpa, senor, sino de estos desvergonzados...
CAPITaN. A mi desvergonzado? No mirare nada![50.1]...
CRISPiN. Alto, senor Capitan, que aqui teneis quien satisf.a.ga vuestros agravios, si los teneis de este hombre!
HOSTELERO. Figuraos que ha[50.2] mas de un mes que comen a mi costa sin soltar blanca, y porque me negue hoy a servirles se vuelven contra mi.
ARLEQUiN. Yo no, que todo lo llevo con paciencia.
CAPITaN. Y es razon que a un soldado no se le haga credito?
ARLEQUiN. Y es razon que en nada se estime un soneto con estrambote que compuse a sus perdices estofadas y a sus pasteles de liebre?... Todo por fe, que no los probe nunca, sino carnero y potajes.
CRISPiN. Estos dos n.o.bles senores dicen muy bien, y es indignidad tratar de ese modo a un poeta y a un soldado.
ARLEQUiN. Ah, senor; sois un[50.3] alma grande!
CRISPiN. Yo, no. Mi senor, aqui presente; que como tan gran senor, nada hay para el en el mundo como un poeta y un soldado.
LEANDRO. Cierto.
CRISPiN. Y estad seguros de que mientras el pare en esta ciudad no habeis de carecer de nada, y cuanto gasto hagais aqui corre de su cuenta.
LEANDRO. Cierto.
CRISPiN. Y mirese[51.1] mucho el hostelero en trataros como corresponde!